Es
difícil en nuestros días, ceñirnos al texto bíblico para visualizar con detalle
todo lo que rodeó al nacimiento del niño Jesús ya que estamos sometidos a
muchas tradiciones, y tanta decoración navideña nos hace inevitable pensar en
el nacimiento de Jesús, en un portal a la intemperie en medio de la nochebuena…
Pero si leemos con atención el texto bíblico, puede que dicho ”portal”, no fuera tal, sino más bien un alojamiento de la época en el cual, era habitual que los animales convivieran con los habitantes de la casa, sobre todo con el propósito de dar calor en los días más fríos del solsticio de invierno.
La información que tenemos en la Palabra de Dios, es que María, dio a luz y acostó al niño en un pesebre (recipiente de madera dónde comían los animales en el interior de los establos), por lo que es improbable que ese pesebre estuviera a la intemperie…
También el texto bíblico nos dice que :
Pero si leemos con atención el texto bíblico, puede que dicho ”portal”, no fuera tal, sino más bien un alojamiento de la época en el cual, era habitual que los animales convivieran con los habitantes de la casa, sobre todo con el propósito de dar calor en los días más fríos del solsticio de invierno.
La información que tenemos en la Palabra de Dios, es que María, dio a luz y acostó al niño en un pesebre (recipiente de madera dónde comían los animales en el interior de los establos), por lo que es improbable que ese pesebre estuviera a la intemperie…
También el texto bíblico nos dice que :
“José subió de Galilea, de la ciudad
de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era
de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su esposa,
desposada con él, la cual estaba a punto de dar a luz. Y aconteció que estando
ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento”. Lucas 2:4-6
Tal vez el parto de María no fue tan precipitado como pensamos y tal vez no tuvieron que buscar “deprisa y corriendo” cualquier lugar para dar a luz, ya que como acabamos de leer: “estando allí, se cumplieron los días de su alumbramiento”, y conociendo la hospitalidad de los hebreos, -que en esos tiempos era una buena costumbre y muy habitual, es fácil que María y José estuvieran alojados por algún pariente de José-, ya que él era de esa zona y que les proporcionaran un lugar para quedarse, sin duda, humilde pero resguardados de las inclemencias del tiempo.
La bucólica postal navideña del “portal de Belén” tal vez nos aleja del verdadero sentido del nacimiento de Cristo, y acudir también a la Palabra de Dios, nos ayuda a centrarnos en este acontecimiento que marca un antes y un después en la historia y en nuestra vida.
Ten un buen día.
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