El simbolismo que encierran estos tres presentes, es interesante: el oro, era un regalo destinado a los reyes, el incienso, se quemaba en el templo en el culto a Dios y la mirra, era el material con el que se cubría el cuerpo de los difuntos para su conservación y buen aroma; así que de alguna manera, están simbolizando que Jesús era el Rey de reyes, el culto que merecía como Dios y que su muerte, era Su propósito para nuestra salvación.
¿Quiénes eran esos “sabios-magos? Probablemente eran sacerdotes de origen Persa, y su oficio era similar al de los levitas del pueblo Hebreo: mediadores entre las divinidades y el pueblo. En el Antiguo Testamento, se hace referencia a ellos como coetáneos de Daniel (profeta mayor), y practicaban la profecía e interpretación de sueños, siendo adoradores del aire, tierra, agua y fuego, tal vez los primeros ecologistas, ya que respetaban estos elementos en extremo.
La influencia del pueblo Hebreo en su tiempo, probablemente hizo que se extendiera a todo el mundo conocido su esperanza de la llegada de un Mesías, y estos magos con sus dotes proféticas, llegaron a Belén buscando al Niño…
No importa tu trasfondo; si desde pequeño has sido educado en los valores cristianos o en cualquier otro tipo de creencia porque el Niño que nació en Belén quiere acercarse a ti: ¡quiere CONOCERTE! así que, ¡aprovecha estas Navidades para saber más acerca de Él y:
cambiará tu vida…!
Ten un buen día.

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