Estudio Bíblico
Jesús IV
Sus sentimientos
Cada
vez que Jesús, encontraba en su camino enfermos, hombres y mujeres que habían
perdido a un ser querido, personas hambrientas, o con cualquier otra necesidad,
su primera reacción era: COMPADECERSE de ellos; y les sanaba, resucitaba o daba
de comer movido por su compasión.
También
encontramos alusiones a que Jesús se sorprendía ante la fe de algunos
seguidores como la mujer que le tocó el manto para ser sanada, o el centurión
romano, al que se dirige diciendo que, -no había encontrado a nadie con tanta fe
en Jerusalén-.
Jesús
también sentía pena, y así lo manifestó con la noticia de la muerte de Su amigo Lázaro y se conmovió ante las lágrimas de su hermana, llorando con ella, y
también su llanto, es mencionado en otros pasajes de los Evangelios
En
el pasaje de Getsemaní, leemos que Jesús estaba angustiado ante la muerte que
iba a acontecerle en breve, como también está angustiado cuando anuncia que uno
de sus discípulos será el encargado de entregarle…
Su ternura se manifiesta en términos como: “hijitos míos”, o en
gestos como cuando tomaba en sus brazos a los niños para bendecirles, incluso
el acto de lavar los pies a Sus discípulos en la última cena, demuestra su
afecto, humildad y servicio.
Pero
el sentimiento que más muestra a lo largo de Su vida es Su amor por el Padre.
El término PADRE, aparece en más de cien ocasiones en los Evangelios,
acompañado en ocasiones por el término Abba, que es la manera cariñosa
con la que un hijo se dirigía a su padre: «papá», «padre mío», «mi querido
papá»
También Jesús, no oculta Su amor por quienes le rodeaban: Sus
discípulos, Sus amigos, los niños, las mujeres, los pobres, los enfermos, las
viudas, los endemoniados, y los pecadores, ayudándoles, alimentándoles,
bendiciéndoles, sanándoles y perdonando Sus pecados, llegando a manifestar Su
amor de la manera más sublime: muriendo por todos.
«…habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo»
Juan 13:1
La humillación que Jesús sintió, en las últimas horas antes de Su
muerte, en las que fue torturado, insultado, y tratado como un delincuente,
siendo Dios mismo, tuvieron que ser terribles y mucha la decepción al ver que
Sus discípulos le abandonaron en el peor momento de Su vida (recordemos la
negación de Pedro por tres veces).
Estos
ejemplos, nos muestran que Jesús, era tan humano como lo somos nosotros, y
podemos identificarnos con él plenamente. Sus reacciones ante la vida, se
parecen mucho a las nuestras, por eso, el acercamiento de Dios a nosotros,
metiéndose en una “piel humana”, hace que le entendamos mejor y nos permite conocerle
y acercarnos a Él.
Jesús I Parte Introducción
Jesús II Parte Infancia, juventud y familia
Continuará...
Jesús III Parte: Su carácter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muy pronto, se publicará tu comentario.
¡Muchas gracias por tu aportación!