Jesús V


Estudio Bíblico
Jesús V 
Sus necesidades.

Jesús también tuvo necesidades, como cada uno de nosotros. Vemos en diferentes pasajes que compartía la comida con Sus discípulos, con los que le seguían; comía en casa de Sus amigos, y después de cuarenta días de ayuno, vemos que los ángeles le servían y comía. También recordamos el pasaje bíblico de cuándo sintió hambre y se acercó a la higuera que solo tenía hojas y no tenía higos, (aprovechando este momento para darnos una lección, sobre la importancia de cada uno de nosotros, llevemos fruto…)

Cuándo tuvo el encuentro con la mujer Samaritana en el pozo, fue porque sintió sed, y el texto nos dice que estaba cansado:

Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. 
Era la hora del mediodía. Una mujer de Samária fue a sacar agua, y Jesús le dijo: 
“Dame de beber”  
Juan 4: 6-7
Recordamos también su necesidad de beber, estando crucificado, y en vez de agua, le ofrecieron vinagre…

El cansancio, y su necesidad de reposo, y la sed, nos muestran , que el Señor experimentó necesidades humanas en “Su carne”

Jesús, también necesitaba dormir, y recordamos el pasaje del evangelio de Marcos, en el que se relata que Jesús calma una tormenta

Pero Jesús se había dormido en la parte de atrás (de la barca), 
apoyado sobre una almohada.” 
Marcos 4:38

Tras días de viaje, predicación, sanidades… Jesús también tenía la necesidad de descansar, de dormir.

Otra de las necesidades que Jesús muestra mientras está en este mundo como Dios encarnado, es la de hablar con el Padre.

La oración, es una necesidad imperiosa para él, y vemos innumerables relatos bíblicos, en los que Jesús se aparta para orar, para buscar la guía de Dios. Pasó cuarenta días de ayuno y oración en el desierto, antes de comenzar Su ministerio, toda una noche orando antes de elegir a Sus apóstoles, Su oración en Getsemaní antes de enfrentarse a Su muerte en la cruz, y Sus últimas palabras antes de morir, fueron una oración:

"...-Padre, en tus manos pongo mi espíritu-, y dicho esto: expiró."

Lucas 23:46
Jesús también tenía la necesidad de relacionarse con Sus amigos, de sentirse amado, acompañado y reconocido por ellos.

En el relato de Su visita a Marta y María,  (hermanas de Lázaro), vemos que Jesús, comparte tiempo con María, mientras Marta se afana en preparar cosas que ofrecer a Jesús para Su comodidad, y Jesús, entiende que lo mejor es estar tranquilos y compartir tiempo juntos.

El Apóstol Juan, es nombrado en la Palabra de Dios, como el “discípulo amado”. Sin duda, de entre los doce elegidos por Jesús, había para Él, algunos que eran más cercanos, y con seguridad, se forjó una de las amistades más especiales fue la del Apóstol Juan, que fue el elegido por Jesús cuando desde la cruz, le encarga que cuide de Maria, Su madre:

Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre:

—Mujer, ahí tienes a tu hijo.

Luego dijo al discípulo:

—Ahí tienes a tu madre.

Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.

Juan 19: 26-27
Este “favor”, sin duda, Jesús no se lo pidió a cualquiera, se lo pidió a un buen amigo.
Jesús también sintió angustia y tristeza. Recordamos el pasaje en el que pide a tres de Sus discípulos que le acompañen en Getsemaní, la noche antes de Su muerte:


“Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.”
No sabemos si a lo largo de la vida de Jesús, hubo otros afectos como la necesidad de una esposa; los evangelios no hablan de ninguna mujer que cubriera las necesidades afectivas de una pareja para el hijo de Dios hecho hombre.
Las necesidades físicas y el dolor que experimentó Jesús durante Su calvario y la crucifixión, entendemos que fueron tremendas:
“Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;y le decían: !!Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas”Juan 19:1-3
Podemos empatizar con esas necesidades de Jesús, y entendemos Su sacrificio al tener que pasar siendo Dios, por las necesidades de los seres humanos, y no podemos olvidar que todo fue POR AMOR…
Continuará...

Jesús I Parte Introducción
Jesús II Parte Infancia, juventud y familia
Jesús III Parte: Su caracter
Jesús IV: Jesús : Sus sentimientos


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