Encontramos en los evangelios más de 22 sanaciones milagrosas, llevadas a cabo por Jesús, desde devolver la vista a ciegos, la movilidad a paralíticos, la voz a mudos, curación de leprosos, y exorcismos, (de los que nos ocuparemos mañana más detalladamente), además de resucitar a algún muerto...
Siempre nos llama más la atención este tipo de sanidades físicas, que las espirituales, pero: ¿no es un milagro ESPECTACULAR, que los discípulos lo dejaran TODO y se dedicasen a seguir a Jesús durante el tiempo que duró Su ministerio?
"Pasando Jesús junto al Mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Y les dijo:
—Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
a a un enfermo: ¿quién peco?Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron."
Mateo 4:19-20
En el tiempo de Jesús, se asociaban las enfermedades a la impureza, ¡al pecado!, recordarás que a veces preguntaron a Jesús cuando se encontraban con un enfermo: ¿quién pecó: él, o sus padres? y Jesús vino a cambiar esos conceptos de "castigo", y a implantar un nuevo orden, en el que la PERSONA, era el centro, y Él, en vez de alejarse de la enfermedad, TOCABA, HABLABA y SANABA.
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