Romanos VII: ¡Terminamos la Epístola a los Romanos!

Los capítulos finales de esta epístola, son un epílogo, redundando en la idea de la UNIDAD, y de hacer COMUNIDAD, a pesar de las diferencias.

Hace partícipe a los romanos de sus intenciones de viajar y de sus planes, pidiéndoles oración.

Cómo curiosidad, el capítulo 16 no aparece en algunos manuscritos, y está repleto de saludos, y recomendaciones de hermanos y hermanas, con nombre propio, (reconocimiento) haciendo varias menciones a mujeres que son y han sido muy útiles para la obra.

Acaba el capítulo 16, con una doxología (oración), resumen del plan de Dios: nuestra SALVACIÓN, por medio de Cristo, que implica una respuesta por nuestra parte: 

¡ALABANZA A DIOS!


Esta Epístola a los Romanos, ¡es un pozo teológico, que nunca se seca! Cada vez que leemos esta carta, aprendemos más, agradecemos más la gracia y la justificación, que por medio de Jesús Dios nos da.

El Señor, no nos ahorra las consecuencias de nuestros pecados, pero su amor es capaz de CONCILIAR, nuestra libertad con Su salvación.
Dios, nunca viola nuestra libertad, y cuando la usamos de manera inadecuada, ¡pagamos las consecuencias! pero Él, con ternura nos recoge, y: ¡nunca se cansa!

Esta Carta, es un tratado importantísimo para la iglesia, para que propiciemos el respeto mutuo, y la unidad, a pesar de nuestras diferencias y seamos ejemplo y testimonio para los que aún no han creído.




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