No vamos a engañarnos... nos resulta mucho más sencillo practicar la disciplina espiritual de escuchar la Biblia, antes que leerla...
Cada vez nos hacemos "más cómodos" y nos conformamos con oír a los grandes predicadores y maestros hablar sobre la Palabra de Dios; escuchar sermones en la iglesia o por internet, e incluso en un audio libro, donde un narrador con voz de "ángel", nos lee la Biblia mientras conducimos, o hacemos tareas en casa... La disciplina espiritual de escuchar la palabra, ¡no debería sustituir jamás nuestra "cita diaria con la Palabra de Dios"!
La disciplina espiritual de la lectura bíblica es tremendamente enriquecedora para el seguidor de Cristo, y aunque a veces sintamos,
-cuando leemos algunos libros de la Biblia-, que no somos capaces de entender lo que nos quieren decir, ¡no debemos desanimarnos!: ¡sigamos leyendo una y otra vez!, ¡sigamos pidiendo ayuda al Señor para que nos hable y nos de el discernimiento necesario!, también en la comprensión de las Escrituras.
Cómo en otras muchas facetas de nuestra vida, ¡queremos ser "autosuficientes" y entender lo que nos dice la Biblia utilizando nuestro intelecto, acudiendo a nuestra experiencia y capacidades humanas, pero solo con la guía del Espíritu Santo, seremos capaces de interpretar lo que Dios nos está diciendo, y esto, sin duda: ¡cambiará nuestras vidas!
"La enseñanza de tus palabras da luz,
aun el sencillo, puede entenderlas."
Salmos 119:130
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