"Guarda silencio ante Dios, y espera en Él."
Salmos 37:7
Guardar silencio ante Dios, es una DISCIPLINA ESPIRITUAL, y como todas las demás, requieren esfuerzo por nuestra parte y la meta es ir practicándola hasta convertirla en un hábito, -muy beneficioso- para nuestras vidas, además, en el silencio y sin ruido, podemos escuchar la voz de Dios con claridad, porque muchas veces, nos rodea tanto ruido e interferencias que no permiten que escuchemos lo que Dios nos dice, o la contestación a nuestras plegarias...
Estos días de confinamiento, ¡son ideales! y nos ofrecen la OPORTUNIDAD de practicar el SILENCIO delante del Señor.
Durante nuestros silencios delante de Dios, contemplamos y reconocemos QUIÉN es nuestro Señor, observamos Sus atributos, Sus leyes, cómo se ha manifestado ante el ser humano a lo largo de la historia, Su plan de Salvación, y nos RECREAMOS en ¡un Dios tan Grande y Poderoso!
Estar en silencio, nos descubrirá una nueva manera de adorar ya que la contemplación atenta nos abre horizontes sorprendentes y tal vez desconocidos hasta el momento para nosotros...
Mañana, hablaremos de la segunda parte de este versículo: ESPERAR...
Ten un día en silencio...
#QuédateEnCasa.
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