"... Te llevaré al desierto, y allí haré que te vuelvas a enamorar de mi..."
Oseas 2:14
Este versículo tan "¿romántico?" se refiere a Dios y a Su pueblo: Israel, pero al leerlo, me hizo pensar que tal vez podríamos aplicarlo perfectamente al momento actual dónde quizás más de un@, en medio del "desierto" en el que nos sitúa esta crisis, se vuelva a "enamorar de Dios..."
Recibía ayer, el testimonio de unos médicos italianos que gracias a un pastor que ingresó en urgencias de un hospital y su testimonio antes de morir, hizo reflexionar al equipo médico que le atendía, y que parapetados en el ateísmo y el horror de lo que estaban viviendo, no pudieron resistirse al Señor, que tocó sus corazones y les enamoró...
Pero no solo Dios puede tocar el corazón de los que no le conocen, (en estos momentos históricos tan críticos), incluso a nosotros mismos, ¡nos está ocurriendo!; Este desierto de confinamiento que nos a alejado de las relaciones sociales, el ocio, la liga de futbol, los centros comerciales... etc, nos hace vivir mirando al cielo; mirando a ese Dios, en el que creemos en tiempos de bonanza, pero que ahora necesitamos, y que viendo el horror que nos rodea, nos acercamos a Su Palabra en busca de consuelo, protección y súplica ¡hablando con Él mucho más que hace unas semanas...!
Tal vez la clave es retirarnos al desierto más a menudo para volver a "enamorarnos" de ese Dios, que SIEMPRE está, pero que tanta distracción no nos deja amar como deberíamos...
Ten un día sosegado
#QuédateEnCasa
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