Adviento, 9 de diciembre 2019

En la semana que empieza, vamos a conocer un poquito más a algunos personajes que rodearon el nacimiento de Jesús, y vamos a intentar sacar una enseñanza práctica para nuestra vida.

Empezamos por 
José, el “padre terrenal” de Jesús y al que no le tocó precisamente un papel “fácil”…

Nada que ver nuestra época actual y nuestras costumbres sociales, con las de la época en la que Jesús vino al mundo, por lo que debemos ponernos en situación para entender a este hombre y 
valorar la decisión de afrontar la “paternidad” del qué sería el Mesías.

José, estaba “desposado” con María, cuando queda embarazada de Jesús. Estar 
desposado se entendía como una relación de noviazgo, en la que aún no vivían juntos pero si había un compromiso de contraer matrimonio en un breve espacio de tiempo.

Al quedar embarazada María de manera 
sobrenatural; -José piensa en dejarla-, ya que él no ha intervenido en ese embarazo, pero vemos una primera muestra de su carácter al leer en la Palabra que -iba a dejarla en “secreto”-, es decir: quería librarla del castigo que en esa época conllevaba el adulterio; así pues, muestra amor, y no venganza ni odio.

En el versículo de hoy, vemos que un ángel del Señor le da –explicaciones de lo que estaba sucediendo-, él, se queda con María, y acepta 
obedientemente lo que Dios le pide: ser el padre del Mesías: cuidarle, educarle, enseñarle su oficio como era costumbre de la época y cumplir así el propósito que Dios tenía destinado para él.
Aprendemos de José: 
humildadobedienciafemansedumbre y amor, por Dios y su familia.

Ten un buen día.



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