Hace algunos años, hablando con un pastor, comentábamos que muchos de nuestros amigos -que no son cristianos-, son excelentes personas y que no les mueve ningún principio bíblico para ser generosos, compasivos, solidarios, fieles, pacientes... y un sinfín de cualidades, y lo son, simplemente por educación, o por su bondad natural, siendo capaces de dar una imagen que muchos cristianos no proyectan con sus actos, y esto puede llegar a confundir...
Los seguidores de Cristo, ¡no somos perfectos!, pero estamos llamados a ser #sal y #luz en este mundo:
"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres2.
Mateo 5:13
Para un discípulo de Cristo, no es una opción ser sal y luz; es cuestión de coherencia con lo que hemos creído y con ¡nuestro compromiso delante de Dios!
No sirve "ser bondadosos" por el paquete genético o la educación recibida, porque eso NO SALVA, (ya que las buenas obras no salvan), pero lo que no debemos hacer es vivir acomodados en "la Gracia", convirtiendo el regalo de la salvación y la fe, -en comodidad´, y no respondiendo y ajustándonos a lo que Dios espera de Sus hijos.
Una vez más, debemos recordar que ¡no estamos solos!, el Espíritu Santo nos ayuda a ser ejemplo, a marcar la diferencia y desde aquí, os reto a que esos amigos que todos tenemos con todas esas cualidades que son ejemplo para nosotros, pero que -todavía no conocen la salvación que Cristo les ofrece-, ¡tengan la oportunidad de conocerle!. ¡Hablémosles!, animémosles a leer la Palabra de Dios, y ayudémosles a entenderla!, ¡Invitémosles a nuestras iglesias para que conozcan más sobre Jesús y oremos con insistencia por ellos, para verles por toda la eternidad...
Miramos al cielo pidiendo valentía...
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