Comodidad...

Creo que actualmente los cristianos en España, estamos excesivamente "cómodos", con las estructuras eclesiales que hemos creado.

Por mi experiencia, pasar muchos años de la vida en la misma congregación, hace que no nos atrevamos, a movernos de ese lugar "conocido", en el que están nuestros amigos de siempre, dónde ya sabemos la dinámica de los cultos, conocemos de sobra al pastor, dónde tenemos claro nuestro ministerio de trabajo, o simplemente, ya es una costumbre visitar los domingos la iglesia, y a mi modo de ver, esto, es uno de los "handicaps" para que la iglesia pueda avanzar y cada miembro pueda  madurar y evolucionar.

Cuando dejas una iglesia después de años,- te quedas a la intemperie-; muchos, se interesan por los motivos de tu salida, pero pocos se preocupan por el: - y, ahora: ¿qué?-. La sensación de desamparo,  -el no ser de ninguna parte- y la angustia te invaden, y solo te tranquiliza saber que: -el más IMPORTANTE-, ¡se va contigo contigo!

"El Señor, va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; 

no temas ni te intimides.

Deuteronomio 31.8

Ante esta situación, hay dos alternativas: buscar otro lugar dónde reunirte o dejar pasar tiempo y a ver que pasa... (no recomiendo la última opción, porque lo que pasa está "cantao" y creo que no hay que dedicar mucho tiempo a describir que es lo que va a pasar dada nuestra tendencia a "acomodarnos"...)

Mi experiencia al quedar a la "intemperie", es que tienes más claro que nunca en Quién has creído, y por qué quieres asistir a una iglesia y ser parte de ella, esto; ¡es lo que da claridad a tus ideas y te permite mirar al futuro con esperanza, (¡y hasta alegría por lo que te espera!)!, y te da el impulso y la fuerza para buscar "otra casa" y "otros hermanos", -porque el Padre, es el mismo.-

Te haces muchas preguntas en este momento de cambio, incluso, piensas, -que no es justo-, pero con el paso del tiempo, te das cuenta de lo SALUDABLE que es salir de la comodidad; buscar otros retos, conocer a otra gente, reinventarte, pedir al Espíritu Santo que te capacite para llevar a cabo ministerios a los que nunca te habías enfrentado, y ahora, en "la nueva casa", ¡hace falta cubrir!.

Definitivamente, sentirte demasiado cómodo en la  iglesia de siempre, creo que no es bueno... por eso, doy gracias a Dios, porque me ha dado la oportunidad de conocer otras teologías, otra manera de hacer las cosas, y me siento muy afortunada por no conformarme y buscar, trabajar, y reflexionar y plantearme otras opciones, otras maneras de servir, y ser flexible a cada momento, y a cada época, renovando mi ilusión y mi compromiso de servicio a Dios y a Su iglesia.

Mirando al cielo una y mil veces agradecida por que el Señor, no haya permitido que me acomode...