¿A quién acudimos en las dificultades?


¿Qué hacemos cuando nos pillamos un dedo? 

Además de apartar la mano, solemos gritar y nos agarramos el dedo herido...

Pues está ilustración nos va a ser muy útil cuando pasemos por diversas dificultades.

Cuando nos pillamos un dedo, suele cogernos por sorpresa (igual nos ocurre cuando nos pasan cosas más graves: el diagnóstico de una enfermedad, una mala noticia, un despido laboral ...), y nuestra primera reacción es lamentarnos, llorar, etc y buscamos el consuelo y la protección de “alguien” que nos comprenda y nos ampare... y es en esta búsqueda de -consuelo- que el cristiano, ¡debe marcar la diferencia!

¿A quién acudimos cuando estamos en medio de una prueba?

Habitualmente, cuando estamos enfermos, esperamos que el médico resuelva con su “sabiduría humana” nuestro problema; esperamos resultados de análisis y diversas pruebas para que nos den el diagnóstico, y nos apliquen el tratamiento adecuado, y sin duda, Dios, utiliza la inteligencia humana (que para eso nos la ha dado), para curarnos, pero no debemos olvidar que el Señor es SOBERANO, y puede intervenir en todas las situaciones, -incluso- en aquellas que como humanos, no podemos controlar.

Todas las pruebas por las que pasamos tienen un propósito que muchas veces, no entendemos de inmediato, pero a lo mejor, tenemos que perder menos tiempo y energía en entenderlas y dedicarnos a la oración y sobre todo a la #adoración, dejando la carga a los pies del Señor y sea él, quien controle la situación, y nosotros mientras el Señor resuelve:

¡Miramos al cielo!



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