Dieta para el espíritu...

Vivimos en unos tiempos donde se hacen campañas para que llevemos una alimentación sana y equilibrada, que nos permita estar en #forma y que nuestra salud física se beneficie de este buen hábito.

También, está muy de moda todo lo referente a mantener una #mentesana y a menudo, vemos publicaciones, y recomendaciones de cuidar nuestros #pensamientos y solucionar nuestros traumas para vivir mejor y más plenamente:

“Mens sāna in corpore sāno”

Y: ¿cómo  #alimentamos nuestro espíritu de manera saludable? Los cristianos, entendemos que nuestro espíritu es tan #importante como el resto de nuestra persona, y naturalmente, necesita cuidados y atención.

La lectura bíblica, memorización de las Escrituras, la oración, la comunión y servicio en la iglesia local, la adoración individual y colectiva y que el Espíritu Santo, esté en perfecta comunicación con nuestro espíritu, son la mejor de las “dietas”, aunque hay que advertir, que si hacemos todo esto, la dieta no va a ser precisamente #adelgazante... más bien, ¡todo lo contrario! ya que nuestro espíritu se fortalecerá, crecerá, y estará preparado para lo que venga... 

... No sólo de pan vivirá el hombre, sino también, de toda Palabra que salga de la boca de Dios.”
Mateo 4:4. 
No dejemos de mirar al cielo...

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