A pesar de la dureza de lo yermo, se puede florecer...
Nos asombra encontrar cómo una flor puede crecer en el asfalto, a pesar de la sequedad del terreno y las dificultades para germinar... pero esa complicación superada, hace que la flor luzca ¡más hermosa aún!
Algo así nos ocurre a nosotros cuando pasamos por dificultades, pero: ¡no nos rendimos!
“... alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas...!
Hebreos 12:12
¿Cómo podemos conseguir levantarnos cuando estamos cansados, abatidos, heridos...?
“...Nosotros mismos somos como frágiles vasijas de barro que contienen este gran tesoro. Esto, deja bien claro que nuestro gran poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.
Por todos los lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Tenemos problemas, pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero
no destruidos"
2 Corintios 4:7-9
Por muy fuertes que seamos, (o nos creamos...) después de un tiempo de prueba, es difícil mantenerse firme... Solo la Gracia de Dios, puede sustentarnos.
Hay que decidir: soportar estoicamente y resignarse hasta que pase la tormenta o confiar en el poder de Dios, descansando en él, sabiendo, que detrás de cada prueba, siempre, hay un propósito y que si ocupamos el tiempo en adorar en vez de quejarnos, y preguntarnos: ¿por qué a mi?, viviremos la prueba de manera radicalmente diferente; es cuestión de actitud y dependencia del Señor.
Seguimos mirando al cielo...
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