Filipenses I: La Carta de la amistad...







Pasar de Hebreos a Filipenses, es como examinarse de Selectividad y empezar las vacaciones...

De lo más parecido a un tratado teológico que es la Epístola a los Hebreos, pasamos a Filipenses, una Carta pastoral, llena de referencias al GOZO y un cariño muy entrañable hacia esta iglesia, -que su autor, Pablo de Tarso-, tenía en su corazón ya que fue la primera iglesia que fundó en Europa durante su segundo viaje Misionero.


La correspondencia en esos tiempos, (aproximadamente año 60 d.C), era el método de comunicación "más rápido" y habitual. En el caso de esta Epístola, la iglesia de Filipos, envía a uno de sus miembros: Epafrodito, para que sea el "cartero", encargado de llevar a Pablo, una ofrenda para su mantenimiento, ya que se hallaba en Roma, sufriendo "arresto domiciliario", y estaba custodiado por la guardia Pretoriana. En esos tiempos, el "preso" era el responsable de alimentarse y sobrevivir durante su "confinamiento".

En el camino hacia Roma, Epafrodito enferma y es Pablo quién con sus oraciones y cuidados consigue que sobreviva... y pueda volver a Filipos con esta pastoral y preciosa carta.

Los autores de la carta son, Pablo y Timoteo, y a pesar de su situación, vemos que la fe de Pablo es ROTUNDA, y ¡no teme lo que pueda pasarle!

"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es gananciaMas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros."

Filipenses 1: 21-24

¿Seguimos mañana...?

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