En los capítulos 3 y 4 de esta carta-discurso a los Hebreos, el autor, compara a Jesús, con personajes y tradiciones, (como el reposo; el Sabath, la Tierra Prometida), que eran muy importantes para el pueblo Judío, -por lo que las referencias al Antiguo Testamento, son numerosas.-
-¡Jesús, es más que Moisés! siervo obediente de Dios, pero Jesús, es Su hijo.
-Jesús es más que el Sumo Sacerdote que entraba al lugar santísimo a ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, pero Jesús, es el sacrificio en sí mismo, una vez y para siempre.
-Jesús es más que Josué, que llegó a la Tierra Prometida, guiando al Pueblo de Dios, pero Jesús, con su salvación, nos ofrece la eternidad.
"La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."
Hebreos 4:12
¡Nunca había interpretado eso de "cortante", como algo curativo, como el bisturí que se utiliza para curar, y no para herir... y así es la Palabra de Dios: ¡entra en nosotros para sanar!, para conmovernos al descubrir en ella el AMOR de Dios por nosotros, y también, es como una lente de aumento, capaz de hacernos ver, lo que no estamos haciendo bien... ¡nos exhorta!, pero también nos guía y nos anima...
La Palabra de Dios, ablanda nuestros endurecidos corazones...
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