¡Bienvenid@s! Septiembre y Disciplinas espirituales.

Espero que hayáis pasado un verano "tranquilo" y que en estos tiempos de "mascarilla", los ojos que os miran y vuestros ojos, hayan sido inspiradores, compasivos y que a pesar de todo, se hayan podido dirigir al cielo...

He dudado si volver o no en septiembre y retomar nuestros "21 días de disciplinas espirituales", pero especialmente dos Ana'S muy queridas, me han animado a seguir, y aunque en parte soy consciente de que este sencillo devocional, llega a muchas personas, dudo su verdadero valor para edificar, animar, o hacer cambios en quienes lo leen, pero una frase, me decidió a seguir adelante:

-"Tú, sigue sembrando, y lo que ocurra a partir de ese momento,

 ¡no es cosa tuya...!"

Así que escuchando "la voz sencilla de la sabiduría": ¡prosigo a la meta!, y desde ahora, os doy las gracias por acompañarme en este camino, tanto a -l@s nuevas incorporaciones-, como a l@s que seguís "Mirando al Cielo" desde hace mas de cuatro años.

Continuamos aprendiendo sobre "Disciplinas espirituales", y antes del verano, ya dedicamos 21 días al silencio y 21 días a la oración. Os animo a repasarlas, sobre todo, -a los que acabáis de aterrizar en el blog-, y empezamos desde mañana, disciplinándonos en la lectura de la Biblia, como uno de los hábitos más importantes que los que seguimos a Cristo, debemos adquirir.

Hablaremos de diferentes herramientas que podemos utilizar para convertir esta disciplina espiritual en algo DIARIO y básico para alimentar nuestro espíritu.

La LECTURA BÍBLICA, y el ESTUDIO BÍBLICO, están íntimamente ligados, porque aunque la simple lectura de la Palabra de Dios, puede alimentar nuestro espíritu, será con el Estudio Bíblico que lleguemos al verdadero conocimiento de Dios, Sus leyes, las promesas que tiene guardadas para nosotros,  el plan de Salvación para Sus hijos, Su voluntad, el futuro, la vida eterna... y muchas más cosas...

¿Preparad@s?

¡Vámonos!