¿Verdad? o... ¡mentira!


Hay ciertas cosas, que no tienen término medio:
dices la verdad, o... mientes.

La mentira es un pecado tan grave a los ojos de Dios como cualquier otro, y aunque nuestra tendencia es minimizar su importancia, y tender a compararla con lo que consideramos -grandes pecados-, eso, solo es una división que el hombre ha creado y no Dios, ya que para Él, todos los pecados son ofensas graves.

En Apocalipsis 21:8 dice:

"Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y TODOS LOS MENTIROSOS tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda."

En este texto vemos, que la mentira está al mismo nivel que el asesinato... por tanto, hoy es un buen día para plantearnos si estamos gestionando bien nuestra manera de hablar, nuestra manera de vivir ante los ojos de Dios. Parece muy radical, y todos entendemos que las consecuencias de un asesinato, son muy graves, pero no podemos calcular las consecuencias a las que puede llegar una mentira... y Dios nos pide que SIEMPRE, ¡digamos la verdad!

Jesús dijo que Él, es el camino, LA VERDAD y la vida y si somos seguidores de Cristo, la verdad tiene que ser nuestra seña de identidad.

Engañar, mentir a los demás, es como engañarnos a nosotros mismos... somos miembros los unos de los otros y estamos llamados a decirnos SIEMPRE la verdad.


Que tengas un buen día.

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