La imagen de
"dios" que tenían las antiguas civilizaciones, (egipcios, griegos,
romanos...) era la de un ser superior al hombre, que "le mira por encima
del hombro..." al que había que servir, que era caprichoso y fulminaba lo
que le apetecía a las primeras de cambio...
Entonces, aparece Jesús, cambiando muchos esquemas...
Nace en el seno de una familia humilde, se junta
con pecadores, acaricia a los niños, sana a leprosos -tocándoles- , lava los pies a Sus discípulos, y hace
milagros tan poco sofisticados como multiplicar tres panes y dos peces...
La vuelta de tuerca total, la da, cuándo muere en
una cruz (que es como mataban a los delincuentes en esa época...) dando Su vida
como SACRIFICIO para que nuestros pecados fueran perdonados y restablecer la
relación rota que teníamos con Dios Padre, pero resulta que como es DIOS, pues:
¡RESUCITA!.
A este Dios, ¡Si!: al que vino a servir y además, venció a la muerte, a ese:
¡le queremos SEGUIR!
"...como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."
Mateo 20:28
Ten un buen día

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