El amor de los padres hacia nuestros hijos, es algo difícil de describir... ¡es especial, generoso, único...! y cuando somos padres, podemos "entre-ver" el amor incondicional de Dios hacia Sus hijos, que es mucho más potente que el que los seres humanos somos capaces de demostrar.
Humanamente, sabemos que nuestros hijos se van a equivocar, y aunque intentamos prevenirles y evitarles que caigan en errores que están "cantados" que van a cometer, son ellos los que tienen que ser lo suficientemente maduros y haber aprendido de errores anteriores para cambiar su actitud. Pasa lo mismo con nosotros y Dios, -nuestro Padre-: Él sabe que nos vamos a equivocar, que vamos a pecar, es por eso que en Su Palabra nos habla de perdón, y de nuevas oportunidades cada día.
"No hemos sido destruidos
porque Dios nos tiene compasión.
23
Cada mañana se renuevan
su gran amor y su fidelidad."
Lamentaciones 3:22-23
Miramos al cielo agradecidos porque tenemos un Padre amoroso que nos da cada día una nueva oportunidad...
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