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Mi sensación después de escuchar el pasado domingo sobre el cielo, es que durante tantos años como creyente, ¡NUNCA había IMAGINADO que podría ser de esta manera!; ha sido una especie de "deconstrucción de "teorías" basadas más en nuestras elucubraciones humanas de cómo y dónde podría estar el cielo, que en lo que la Palabra de Dios nos muestra, -que, ciertamente, no es mucho-, pero lo suficiente como para que ese futuro, cambie nuestra manera de vivir el presente.
Lo primero que me llama la atención es que cuándo pensamos en el cielo, es que imaginamos que "subimos" a -cierto lugar-, pero lo que vemos en Apocalipsis 21:1-2, es más bien lo contrario:
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido."
El cielo nuevo y la tierra nueva, son el resultado de la regeneración de lo que Dios diseñó en la creación, volviendo a hacerse realidad Su proyecto primitivo al final de los tiempos; un lugar dónde no habrá dolor ni muerte y será por toda la eternidad...
Hasta que esta regeneración de la tierra no tenga lugar, vivimos en un estado "incompleto", que se completará cuando estemos en ese cielo nuevo: en el que finalmente, podremos estar cara a cara ante Dios.
No dedicamos tiempo a recrearnos en la eternidad; no practicamos la disciplina de la "imaginación", figurándonos cómo puede ser la eternidad... Practicar esto, nos hará vivir el aquí y el ahora de manera diferente.
Si somos capaces de representar mentalmente como podría ser la eternidad, (-cómo podría ser estar en la presencia de Dios-), hace que nuestro cerebro, viva esa sensación cómo algo casi real, (hicimos el ejemplo de mirar nuestra mano y mover cada dedo, después cerramos los ojos e imaginamos la mano moviendo cada dedo; -nuestro cerebro-, experimenta la misma sensación imaginando que moviendo los dedos físicamente)
Mirando al cielo ¡anhelamos la eternidad!, y si tenemos esta perspectiva nos daremos cuenta, que muchas de las cosas que ahora nos parecen muy importantes, a lo mejor... ¡no lo son tanto! ya que no nos llevaremos NADA de eso que consideramos ahora "tan valioso" y si vamos a poder vivir sin ello por la eternidad, tal vez no merece la pena seguir peleando tanto por conseguir "tantas cosas" en esta vida tan breve comparada con toda la eternidad...
La muerte: Parte 1
La muerte: Parte 2
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