"Tener miedo, ¡no es de cobardes!, de cobardes es huir..."
Y es que, hasta el más valiente en algunas cosas, ¡tiene miedo a otras!, porque el miedo es natural y está implícito en el ser humano, ya que, ¡tememos lo desconocido!; nos inquieta enfrentarnos a muchas cosas por pura inseguridad en si seremos capaces o no...
Imaginaos a un bebe dando sus primeros pasos; con los brazos extendidos e inseguro de poder sostener su propio peso, pero si un poquito más adelante esta su padre tendiéndole su mano hace, que supere ese miedo a lanzarse e incluso, ¡corre más de la cuenta! teniendo la seguridad de que su papá saldrá a su encuentro ¡y no le va a pasar nada!, pues, ¡lo mismo!, nos puede ocurrir a nosotros con nuestro Padre Celestial si confiamos en esta promesa:
"Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas."
Isaías 43:2
Y es que si tuviéramos SIEMPRE tan claro como el "bebe", que Dios nuestro Padre nos está cuidando con Sus brazos extendidos, a lo mejor, ¡no temeríamos tanto!... pero solemos vivir sin tener esto presente en todo momento, ya que si lo tuviéramos, iríamos por la vida mucho más tranquilos y confiados.
Miramos al cielo ¿con seguridad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muy pronto, se publicará tu comentario.
¡Muchas gracias por tu aportación!