"Nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación. Y esa esperanza no acabará en desilusión. Pues sabemos con cuánta ternura nos ama Dios, porque nos ha dado el Espíritu Santo para llenar nuestro corazón con su amor.”
Romanos 5:3-5
¿De verdad nos alegramos como dice en estos versículos de enfrentar PRUEBAS y dificultades?
La verdad que no conozco a nadie que pasándolo mal esté alegre... pero lo que sí conozco son personas capaces de “rentabilizar”, los malos tiempos; aprendiendo, creciendo y madurando en fe y confianza en el Dios Salvador.
Si estás pasando por un “periodo complicado”, te ánimo a que le saques partido y te dejes guiar por el Señor, descansando, (pero de verdad, de verdad, en Su voluntad y Su Providencia); que experimentes la paz de saber que tú carga está en Sus manos y las limitaciones humanas, no le afectan, además de que es PODEROSO, para hacer milagros o darte paz, paciencia, mansedumbre, templanza... para soportar lo que te angustia.
La sensación de “soledad”, cuando estamos pasando por pruebas, es algo en lo que también, deberíamos cambiar “el chip”, ya que los creyentes, NUNCA ESTAMOS SOLOS... No podemos olvidar lo importante que es la bendición del Espíritu Santo, teniéndola MUY PRESENTE, porque si olvidamos algo tan importante, la soledad a la que acompaña la desesperación cuando estamos en medio de la prueba, nos devorará...
Recrearnos en nuestros tiempos de oración en la confianza en el Poder de Dios, la consolación que nos proporciona el Espíritu Santo y la seguridad de la Salvación que obtuvimos por la muerte de Jesús a nuestro favor en la cruz, debe ser SUFICIENTE, para afrontar la prueba, incluso, incluso...¡con alegría!
Miramos al cielo, agradecidos porque Dios, SIEMPRE, nos acompaña...
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