El sueño es el momento del día en el que intentamos #descansar, desconectar y sumirnos en el #reposo.
Es un tiempo muy #importante y cualquier desarreglo puede traernos graves consecuencias físicas y psicológicas.
Casi nunca podemos “controlar” nuestros sueños, por eso nos agitamos cuando surgen las #pesadillas y al contrario, cuando disfrutamos de un sueño #reparador, ¡nos levantamos nuevos!
¿Alguna vez le has pedido al Señor tener “felices sueños”? puede parecer una petición -superficial-, incluso caprichosa... pero, ¡no lo es!
Empleamos #años de nuestra vida durmiendo, entonces, ¿por qué no acostumbramos a poner nuestros sueños en manos de Dios?
Incluso durmiendo:
“...la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Filipenses 4:7
Descansar bien, soñar bonito, también podemos pedírselo al Señor, y él que es Todopoderoso, #intervendrá, incluso haciendo que nuestros sueños, sean inspiradores y #rentables en ideas cuando despertemos.
Vemos en la Palabra de Dios que el Señor, habló a Sus hijos en varias ocasiones por medio de sueños; ¿se lo has pedido alguna vez?, ¿te atreves?
También podemos mirar al cielo con los ojos cerrados...
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