Bienaventurado... ¿seguro?

El cristianismo es muy paradójico... aunque lleves toda la vida transitando por estos caminos, nunca acabas de acostumbrarte a eso de:

"Bienaventurados los que sufren, porque ellos, serán consolados..."
 Mateo 5:4

...Y es que, ¡seamos sinceros! no terminamos de creer, que eso pueda ocurrir... y si somos capaces de creerlo, queremos cuando estamos sufriendo, que ese #consuelo llegue de inmediato...

Queremos que cuando lo estamos pasando mal, Dios nos saque de nuestro dolor de manera instantanea, ¡que no tarde! para poder seguir adelante con nuestra rutina, nuestros planes y cumplir con nuestra agenda...

Y es que a veces, nuestros planes no son los de Dios... y tal vez no hay otra manera de darnos cuenta, que enfrentarnos a circunstancias que nos hagan salir de nuestra comodidad...

Cuando estamos sufriendo, empezamos a valorar muchas cosas que en el día a día, consideramos "normales", y cuando todo "estalla por los aires", nos damos cuenta de lo valiosa que es nuestra rutina.

Las Bienaventuranzas, nos acercan al Reino de Dios, y poco, (o nada), tienen que ver con los valores de este mundo, en el que nadie se siente Bienaventurado por sufrir, por ser pobre, o por ser perseguido o injuriado... esta "paradoja" en los principios de este mundo, frente a los valores del Reino de Dios, es lo que puede marcar la diferencia en nuestra vida.

Tener nuestra mirada en el cielo, puede cambiar nuestro paso por la tierra...

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