"Amar sin padecer, no puede ser"
"Quién bien te quiere, te hará llorar"
"Mientras más amor, más temor"
1ª de Juan, 4:18: "el perfecto amor echa fuera el temor"
Parece ser que amor y dolor según el refranero popular y la vida misma, son "inseparables"; un tándem soldado a fuego, pero... ¡no estoy muy de acuerdo con estas sentencias...!
Escuchaba hace poco a un sabio decir, que si haces algo por alguien y no te cuesta... ¡esa acción carece de valor!, pero al menos, esa no es mi experiencia en mi forma de amar o llevar a cabo un servicio en la iglesia, o en cualquier otro ámbito de mi vida, y quiero dejar claro, que no quiero "juzgarme generosamente" y que podáis pensar que viene por mi bondad, más bien creo que directamente, es un regalo que Dios me ha dado desde mi juventud hasta el día de hoy.
También creo que el Espíritu Santo pone en nosotros una capacidad especial para amar si nos dejamos llevar por Él, y que pone en nosotros esa semilla de generosidad que puede crecer si la reconocemos y entrenamos practicando día a día.
Amar y trabajar para Dios y Su iglesia, ¡no es un esfuerzo sino un privilegio!, y no puedo entender trabajar para Dios y "regalarnos" a los demás como si se tratara de"trabajos forzados" porque eso significaría que lo hacemos en nuestras fuerzas y no en el PODER DE SU ESPIRITU SANTO.
He de reconocer que la muerte de Jesús, (con no poco sufrimiento...), es el acto de amor más sublime que llega a nuestra vida, y no me olvido de las cientos de oportunidades que Dios nos da cuando le fallamos, le desobedecemos y no le ponemos en el lugar que merece en nuestro día a día.
Sin ese despliegue de Gracia, misericordia, generosidad, rodeado de AMOR por todas partes, que el Señor nos regala, sería IMPOSIBLE AMAR , y desde luego para nosotros es:
¡el mejor ejemplo a seguir!
A veces, toca SUFRIR por amor, pero también sé que con Su ayuda, podremos ser generosos y amar sin tanto dolor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muy pronto, se publicará tu comentario.
¡Muchas gracias por tu aportación!