Las fricciones entre el pueblo Judío y los gobernantes romanos, ya hemos visto que eran continuas, en el primer siglo.
Dos culturas muy diferentes que convivían, (que se "transigían" mutuamente...) y que había más cosas que les separaban, que les unían; por ejemplo: el idioma. El latín era la lengua oficial, (ya que era el idioma del Imperio Romano), pero en Judea, se hablaba el arameo, y el idioma de la cultura de la época era el griego, (idioma en el que se escribieron los cuatro evangelios), y por otro lado, se usaba el hebreo para todo lo que tenía que ver con lo litúrgico (la Torá, nuestro Antiguo Testamento fue escrito en Hebreo), así que, con tantos idiomas: ¡no hay quién se entienda!
"Partos y Medos, y Elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia, En Phrygia y Pamphylia, en Egipto y en las partes de Africa que está de la otra parte de Cirene, y Romanos extranjeros, tanto Judíos como convertidos, Cretenses y Arabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios."
Hechos 2:9-11
Dos de los problemas más importantes con los que se encontraron los Romanos y que chocaban de frente con su cultura y tradiciones, fue la gran importancia que el pueblo Judío, daba a dos cosas:
-El Sabath (día de reposo) y
-El Templo.
Mañana hablaremos de estas dos cosas con detalle...

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