Debo reconocer que aunque lleve muchos años leyendo la Biblia, mi asignatura pendiente ha sido, UBICARME en la geografía de la tierra dónde Jesús nació, y llevó a cabo su ministerio, así que el año pasado fue decisivo para mi, cuando viajé a Israel y pude ver con mis propios ojos y haciendo muchos kilómetros, (-desde luego-, de manera mucho más rápida y cómoda que lo hicieron Jesús y sus discípulos...).
Ahora, delante del mapa, voy situando los lugares por los que Jesús pasó, según nos cuenta Lucas, en su viaje hasta Jerusalén (final de trayecto...)
La tercera parte del libro de Lucas, va desde el el final del capítulo 9, hasta mediados del 19 ; unos capítulos plagados de ENSEÑANZA, por medio de parábolas, y aunque también en ese camino hacia Jerusalén, Jesús hace milagros, destacan sobre todo parábolas tan conocidas universalmente como la del Buen Samaritano, o la del Hijo pródigo. En la actualidad, independientemente de la fe que profesen las personas, son parábolas conocidas, e incluso, todo el mundo puede identificarse con los protagonistas. Nosotr@s como creyentes y seguidores de Jesús, ¡vamos más allá de la historia en si misma!, y podemos apreciar leyéndolas, el deseo una y otra vez de Dios, de querer relacionarse con nosotros, y derramar, -sin escatimar-, Su eterna bondad y misericordia.
Para terminar, no quiero dejar de destacar de estos capítulos, la única vez que los discípulos le piden a Jesús, que les enseñe algo... Lucas 11.1
"Señor, enséñanos a orar"
Y Jesús les enseña la oración más especial de la que tod@s deberíamos aprender: el Padre nuestro.
Mañana terminamos el punto de vista de Lucas sobre las "Buenas noticias"
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