"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que usa bien la palabra de verdad"
Timoteo: 2.15
Decíamos ayer, que la HERMENEÚTICA, es fundamental cuando nos acercamos a la Biblia. Este término, no está en nuestro vocabulario de manera habitual, pero debemos saber que es la herramienta que nos ayuda a entender, interpretar y poner en práctica lo que quiere decirnos Dios en Su Palabra, por lo tanto una buena "hermeneútica" ¡es fundamental!, si no queremos caer en errores en el conocimiento del Señor, de Sus leyes, Su voluntad y Su plan de Salvación.
Una buena hermeneútica, nos permite interpretar la Biblia, desde la propia Biblia, es decir: que al interpretar un pasaje, no se contradiga con el resto de la Palabra de Dios.
El contexto histórico, conocer el autor del pasaje o el trasfondo cultural en el que esté enmarcado el libro que estudiemos, además de tener en cuenta el estilo literario y gramatical que domina en el libro (libros poéticos, históricos, epístolas... etc), ¡es fundamental!, ya que esto afecta a la literalidad o lenguaje simbólico del texto.
La hermeneútica, siempre debe estar dirigida por el Espíritu Santo, que es quién nos hará comprender, y sobre todo, nos ayudará y dará la fuerza precisa para poner en práctica lo que aprendamos.
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