"... No tenéis porque NO PEDÍS..."
-¿Qué cosas o que objetivos no consigues? (Tal vez no consigues ser constante en la oración, o te distraes orando, o no perseveras en oración... ¿Por qué no le pides eso al Señor...? )¡Reflexiona sobre esto!
-¿Te has planteado alguna vez pedir cosas realmente DIFICILES al Señor? (Si analizamos nuestras oraciones, muchas veces, "hacemos pequeño al Señor", ¡no atreviéndonos a pedir GRANDES cosas! por ejemplo, cuando pedimos que mejore un enfermo, en vez de pedir que sane completamente, o que el Señor nos ayude en un examen, en vez de ¡pedir, sacar un 10!)
-¿Qué no tienes y te gustaría tener? Anótalo en tu cuaderno, y ¡empieza a pedírselo a Dios! (Recuerda que una de las condiciones para que nuestras oraciones sean escuchadas y concedidas en "los tiempos de Dios", es que sean conforme a Su voluntad, y para ello, tenemos que conocer bien a Dios...)
-Analiza tus motivos de oración diarios actuales, y mira si coinciden con los que aparecen en el Padre Nuestro; considera si es necesario que hagas algún cambio en lo que pides...
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