¿por qué ahora?
estas cosas se hacen a principio de año ¿no?
Nunca es demasiado tarde para plantearse cambios y proponerse nuevos objetivos.
Después de estas últimas semanas tan "particulares", y que a quién más, o a quién menos, nos ha hecho pensar, y cambiar de hábitos, nos han llevado a renacer, o en el peor de los casos: nos ha llevado a lugares "oscuros", así que he pensado que es un buen momento de mirar al cielo, de manera diferente...
Después de más de cinco años escribiendo un devocional diario, ha llegado el momento de dar un giro a esta publicación, y subir un escalón.
Hasta ahora, basándome en un texto bíblico, o un determinado tema, desarrollaba una idea que en ocasiones, podía coincidir con vuestra manera de pensar y vivir la fe, o no coincidía con vuestras vivencias, teología, tradiciones, costumbres, puntos de vista... etc.
Creo que ha llegado el momento en que seáis cada un@ de vosotr@s quién reflexione y avance en vuestra fe, y éste, puede ser un fantástico camino en solitario, que seguro puede beneficiarte a ti, y sin duda, a los que te rodean.
Para comenzar esta nueva etapa necesitas -material-, aunque bastante austero... una libreta o un cuaderno y un lápiz o bolígrafo, en el que tendrás que escribir a diario, yo, ya tengo el mío:
Trataremos diferentes temas, que iniciaré desde Mirando al cielo, pero serás tú, cada día el que debe trabajar, investigar y sobre todo reflexionar.
En este cuaderno, no solo tendrás que apuntar tus reflexiones, también tienes que proponerte objetivos espirituales que quieras conseguir y lo qué vas a hacer para llegar a ellos.
Dicen que después de llevar a cabo algo durante 21 días, se convierte en un hábito; confieso, que no estoy muy segura de eso... pero si eres capaz de dedicar los próximos 21 días a crecer, y practicar el hábito de dedicar un tiempo diario sin excepción a la meditación de la palabra, a escribir tus reflexiones, además de plantearte objetivos por escrito, este hábito, puede hacerse costumbre.
Te animo a que disfrutes del camino, y no te desasosiegues por llegar a la consecución de tus objetivos espirituales, porque si por cualquier motivo no llegases a cumplir lo que te has propuesto, ¡ganarás lo aprendido y conseguido cada día!
¿Empezamos?
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