Jesús, sabía lo que tenía que padecer... pero aún así, obedeció a Dios Padre,
¡a pesar de que Su cuerpo humano, iba a sufrir...!
Cristo, era el Hijo de Dios y sabía que le esperaba una muerte muy dura. Su naturaleza divina y la relación de Padre - Hijo tan especial, fue lo que le permitió seguir adelante, y cumplir la misión que le había traído a la tierra:
ser el Salvador de los hombres, el Mesías.
Algo muy interesante de esa frase que resuena en nuestra cabeza son esas palabras de DESESPERACIÓN:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Mateo 27:43
Curiosamente, es la primera y ÚNICA vez que Jesús se refiere a Su Padre como
Dios; ¡Dios mío!
y no cómo Padre, -que era su manera habitual de dirigirse a ÉL-, y es que en ese momento tan cercano a Su último suspiro, Jesús representaba:
¡EL PECADO DE TODA LA HUMANIDAD, MURIENDO EN LA CRUZ!
La muerte en la cruz de Jesús nos muestra el inmenso amor de Dios que se hizo hombre en Jesús.
¡Dios: sacrificó a Su Hijo por amor! por ti y por mi.
¿Hay algo más grande y generoso?
¿Hay algo más grande y generoso?
#SemanaSanta2020✝️
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