Enmendar la plana...

¿A quién le gusta que le corrijan? 

La verdad, es que a nadie le gusta que le "enmienden la plana..." pero sobre todo cuando tenemos hijos, vemos que no hay más remedio que "ayudarles" corrigiendo lo que no está bien, (aunque tampoco a ellos les guste nada...) porque sabemos que es la única manera de que aprendan a encaminar sus vidas de la forma correcta.

Hay veces que necesitamos que nos corrijan también a los adultos, que por -pura ignorancia,- no sabemos cómo hacer bien las cosas y salimos al paso de cualquier manera... pero otras veces a pesar de saber como se hace bien, nuestra tendencia es salir del paso de maneras poco adecuadas...

Dios como PADRE, nos corrige, (si se lo permitimos...) y el resultado, como ocurre cuándo lo hacemos con nuestros hijos, es que nuestra forma de hacer las cosas, cambia, y mejora; ¡somos muy afortunados!, ¡bienaventurados! por contar con Su ayuda y corrección.

Podemos también elegir no hacer caso de la corrección, pero normalmente, hacer las cosas mal, no nos lleva a buen puerto... y nos cavamos nuestra propia tumba...

Toca elegir: ser humilde y aceptar la corrección, o... atenernos a las consecuencias de nuestros comportamientos...

La libertad es uno de los regalos más preciosos que Dios nos dio, pero debemos utilizarla con responsabilidad y con humildad.

Ten un buen día.




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