Tener un concepto claro de lo que cada uno es, no es
fácil... Por determinadas causas, o por circunstancias por las que pasamos, a veces nos sentimos bien; superiores por nuestros logros y por lo bien que nos va todo: somos reconocidos en nuestros trabajos, respetados y queridos en casa, estimados por nuestros amigos... pero en otras ocasiones, no nos sentimos tan valorados y nuestra autoestima, (el concepto que tenemos de nosotros), pierde puestos... y sentimos que no valemos nada.
El versículo de hoy, nos anima a tener el concepto de nosotros mismos en su justo lugar, a ¡no descuidarnos! a EVALUARNOS, y eso nos permite, posicionarnos y estar en equilibrio con nosotros mismos, los demás, y delante del Señor.
La Palabra de Dios, ¡es el mejor espejo en el que mirarnos! Dios tiene un propósito para cada uno y eso provoca en nosotros, el no tener que estar midiéndonos constantemente por los logros o los fracasos de los demás; ¡todos somos importantes para Dios y tenemos que empezar a mirarnos como Dios nos mira: con justicia, amor y misericordia...
¡mucha misericordia!
Ten un buen día.
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