En esta semana. vamos a ver diferentes promesas sobre el Mesías que aparecen en el Antiguo Testamento, y
anunciaban la venida de Jesús al mundo.
Cuando el Profeta Isaías escribió este libro, el pueblo de Dios, estaba inmerso
en guerra contra Siria, (como en tantas ocasiones a lo largo de su historia).
Fue escrito 800 años antes de que Jesús naciera, y esta profecía, está repleta
de esperanza por la llegada de un Mesías FUERTE, capaz de reinar como Príncipe
de Paz.
Quizás el pueblo de Dios al ser conocedores de esta, y otras profecías del
Antiguo Testamento, esperaban a un Mesías –jefe militar-, guerrero, capaz
de librarles del dominio del pueblo que les presionaba y les quitaba libertad,
(el imperio romano).
Jesús vino a este mundo, -ya desde Su nacimiento-, de la manera más sencilla y humilde que podemos imaginar; nada que ver con los líderes militares de Su
época, siempre rodeados de violencia, soberbia y prepotencia, por lo que rompió
muchos esquemas y se encontró un pueblo “reticente” y con unas expectativas,
que él no podía cumplir, ya que venía en -“son de paz”-, y Su fuerza no estaba
en lo belicoso, sino en lo espiritual.
De alguna manera, hoy día, pasa un poco lo mismo… cuándo hablamos de Cristo,
las personas que no lo conocen se muestran escépticas, y algunos que se acercan, quieren que Cristo, les conceda –todos sus
deseos- y cubra la totalidad de sus necesidades, y si no lo consiguen, se apartan buscando en otros lugares, ese “mago” capaz de solucionar sus
vidas.
No debemos hacernos un Dios a nuestra medida, y si lo hacemos, no debemos
confundirle con el Dios de la Biblia.
¿A quién esperamos? Estos días de Adviento, son ideales para acercarnos al Dios
de la Biblia; ¡al Creador, al Salvador…!
Ten un buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muy pronto, se publicará tu comentario.
¡Muchas gracias por tu aportación!