Piedad...


Ejercer la PIEDAD, es actuar para agradar a Dios.
A veces participamos en iniciativas muy genuinas de ayuda pero debemos reflexionar y plantearnos:

 ¿Por qué lo hacemos? 

Parece que cualquier motivación para ayudar ¡es buena! y desde luego, ayudar a quién lo necesita, es un acto de bondad pero miremos cuanto de "gloria" hay hacia nosotros mismos cuando lo hacemos... (ay, ¡qué buenos somos y qué solidarios...!")

Cómo cristianos, ayudar se convierte en una doble bendición: agradamos a Dios que nos pidió que lo hiciéramos y a la vez, prestamos atención, consuelo o socorro al que está en necesidad, ¡somos valiosos instrumentos de ayuda! Dios multiplicará recursos por Su bondad y nosotros haremos nuestra parte...

¡Ejerzamos la piedad! ¡Qué alegría poder ayudar a quién lo necesita, y agradar a Dios con ello!

Que tengáis un buen día.
Marzo 2016





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