Artículo/Reflexión
¿Por qué te pre-ocupas?
Pre-ocuparse, es ocuparse antes de tiempo... y si esto lo tenemos claro, tan vez, pre-ocuparnos es una perdida de tiempo...
La lista de nuestras preocupaciones puede ser muy larga... Casi siempre nos adelantamos al futuro pre-ocupándonos de muchas cosas, que la mayoría de las veces, nunca pasan, por lo que el estrés, y la angustia que las preocupaciones generan en nosotros es un desgaste innecesario.
Preocuparse, no es prevenir; son dos conceptos muy diferentes, el primero no es sano, el segundo es inteligente, ya que previniendo podemos evitar males mayores. Podemos preocuparnos por si cogemos la gripe, (como ya nos ocurrió el año pasado...), angustiarnos pensando que si tenemos la desgracia de contagiarnos, vamos a encontrarnos fatal, que tendremos que cancelar compromisos, perder horas de trabajo, incluso, no podremos cumplir con nuestras responsabilidades familiares... o tenemos la alternativa de vacunarnos, cuidarnos para que nuestras defensas estén fuertes, y cumplir con los protocolos establecidos anti-contagio.
La prevención, (sin obsesionarnos), es un recurso muy importante ante la preocupación y cómo cristianos, contamos con muchas "herramientas" para evitar preocuparnos más de la cuenta cuándo tenemos un problema real, (y no la sensación o el miedo de que pueda llegar a pasarnos algo malo...)
y algunos de estos valiosos recursos son: la oración, las Promesas del Señor y la fe:
¡Pero no hay razón para que me inquiete!¡No hay razón para que me preocupe!¡Pondré mi confianza en Dios mi Salvador!¡Sólo a él alabaré!Salmos 42:5
Si verdaderamente confiamos en Dios, las preocupaciones deberían ocupar un lugar secundario en nuestra vida, ¡es más!, si después de orar, y dejar nuestras preocupaciones a los pies del Señor, seguimos preocupados, tal vez no confiamos como deberíamos en Sus promesas de amparo y ayuda, ni en Su poder...
¿Por qué no somos coherentes con nosotros mismos y confiamos? Tal vez deberíamos revisar nuestra obsesión por preocuparnos, (queriendo hacer nosotros, en muchas ocasiones el trabajo de Dios...)
Reflexionando en este tema, (ya que yo soy mucho de preocuparme...) he llegado a la conclusión, de que muchas veces, -aunque lo digamos,- no queremos hacer la Voluntad de Dios, queremos que se cumpla la nuestra, en nuestro tiempo y desde luego a nuestra manera... por eso, ¡nos entra la prisa por resolver!, y nos preocupamos, o las cosas no salen como queremos, y nos preocupamos, "maniobramos" queriendo dar la vuelta a las situaciones, y claro, ¡seguimos preocupados! porque no nos hemos salido con la nuestra...
Preocupación y falta de confianza en los planes de Dios, suelen ir unidas... por lo que si oramos y dejamos nuestras preocupaciones para que Dios maneje la situación, ¡deberíamos descansar!, si no lo hacemos... nos va a tocar examinarnos, y mirar al cielo en busca de más fe...
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