Estudio Bíblico
Jesús VIQue le gustaba, y que no le gustaba a Jesús...
Cómo humano, Jesús también tenía Sus preferencias y Sus gustos, por ciertas cosas, pero también vemos que no se callaba lo que no le gustaba...
A Jesús, LE GUSTABAN Sus seguidores, y lo demuestra por Sus conversaciones con ellos, y porque no tenía problema en compartir sus mesas (fue conocido en la época por "comer con los pecadores..."), también se alojaba en sus casas, incluso sabemos que la última cena, se llevó a cabo en casa de Juan Marcos.
Vemos diferentes pasajes en los que Jesús bendecía a los niños, los tomaba en sus brazos, e incluso les ponía como ejemplo como "el prototipo" para entrar en el Reino de los cielos.
A Jesús, le gustaban los marginados, por eso no dudó en entablar conversación con la mujer Samaritana (una prostituta), enfermos, (curación de leprosos, mujer que le tocó el manto), Su conversación con la viuda a la que resucitó a su hijo... etc
Una de las actividades favoritas de Jesús era la oración; vemos en los Evangelios que Cristo se apartaba a conversar con Su padre, era una necesidad que practicaba con gusto.
También le gustaba enseñar, pasó años con los 12 apóstoles enseñándoles, y vemos en algunos pasajes bíblicos que hablaba durante horas a sus seguidores, hasta que -se les echaba la noche encima-, y vemos, que como buen anfitrión, no les permitía marcharse sin darles de comer, (milagro de la multiplicación de los panes y los peces)
El Evangelio de Juan, nos habla de Su "discípulo amado", por lo que podemos deducir, que además de enseñar a sus Apóstoles, también fomentó la amistad, que como cualquier ser humano, ¡es uno de los placeres de esta vida!. Vemos que Juan, le acompaña, en momentos claves de Su vida: está a Su lado en la última cena, al pie de la cruz junto a María, con Pedro al acercarse al sepulcro vacío tras la resurrección de Cristo y en Su última aparición antes de subir al cielo.
A Jesús, le gustaba tratar a todo el mundo por igual y no distinguía de clases sociales ni fronteras, y enseñó dando ejemplo que para Él, no había diferencia entre esclavo y libre, varón y mujer, griego o judío, exaltando públicamente la fe del centurión romano, (sanando a su siervo paralítico Mateo 8:10), la mujer cananea (sanando a su hija endemoniada Mateo 15:28), y su bendición a uno de los diez leprosos Samaritanos a los que sanó (Lucas 17:19)
La Biblia, no oculta, que también, había cosas y personas, que NO LE GUSTABAN NADA... Sus enfrentamientos con los Religiosos de la época, no pasan desapercibidos en los Evangelios, y todos recordemos que se refería a ellos como: sepulcros blanqueados, o lobos disfrazados de ovejas... y no dudó en decírselo en sus caras:
Jesús se dirigió entonces a la gente y a sus propios discípulos y les dijo:
— Los maestros de la ley y los fariseos han sido los encargados de interpretar la ley de Moisés. Obedecedlos, pues, y cumplid cuanto os digan; pero no imitéis su conducta, porque ellos mismos no hacen lo que enseñan: echan cargas pesadas e insoportables sobre los hombros de los demás, pero ellos no están dispuestos a mover ni siquiera un dedo para llevarlas. Todo lo hacen para que la gente los vea. Usan filacterias más anchas y flecos más largos que ningún otro; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes, sentarse en los lugares preferentes en las sinagogas, ser saludados en público y que la gente los llame “maestros”.Mateo 23:1-7Y por último, a Jesús no le gustaban las injusticias, (evitó que apedrearan a a la mujer sorprendida en adulterio Juan 8:3-11), y no tuvo problema en denunciarlas públicamente, aunque no debemos olvidar que vino a salvar a todos, (incluyendo a los que comenten injusticias):
“Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”
Marcos 2:17
Estamos a punto de concluir esta serie sobre la humanidad de Cristo, y finalizaremos la semana próxima, con una característica muy humana, que no podemos dejar de destacar...
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