Los LÍMITES de las normas de trafico, nos sirven como ilustración para entender que como cristianos, tenemos ciertos límites a la hora de comportarnos. Si pensamos que los límites son "castigos" o imposiciones que nos restan libertad, puede, que no seamos justos, ya que lo único que se pretende con ellos, es no "morir en el intento de -sobrevivir- en este mundo".
Si hemos crecido en una familia cristiana, o hemos conocido al Señor en nuestra juventud o edad adulta, intentamos vivir conforme a los principios que el Señor da en Su Palabra, y ciertos comportamientos, son naturales para nosotros, pero pueden ser vistos por las personas que no comparten nuestra fe como -límites- que nos roban libertad, obligándonos a -no hacer- lo que a ellos les parecen comportamientos "normales" (fidelidad en el matrimonio, compromiso con la iglesia, decir siempre la verdad, no mantener relaciones sexuales antes de casarnos... etc)
Sin duda el ser humano, tenga los principios o valores que tenga, necesita límites para vivir, porque si no canalizamos nuestra libertad por medio de ellos, tendremos problemas, y sin duda, pagaremos las consecuencias...
"...No matarás.
No cometerás adulterio.
No hurtarás...."
Exodo 20: 13-15
No dudamos en poner límites a nuestros hijos cuando son pequeños para que no se hagan daño: barreras en las escaleras, protectores en los enchufes, sillitas en el coche adecuadas a su edad... y usamos estas medidas de seguridad, tengamos o no fe, porque les amamos y no queremos que sufran daños, pues Dios, nos pone "limites" también a nosotros Sus hijos, porque quiere evitar que suframos las consecuencias si decidimos "saltarnos" esos límites, -que debemos entenderlos-, como: puro amor.
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