Amor: sentimiento y acción.

Es maravilloso escuchar:
-Te quiero...

Pero no sirve de mucho, si eso, no se demuestra con acciones...
"Las palabras se las lleva el viento..."
Además:
-"Las cosas, no se dicen; ¡se hacen!, porque al hacerlas, se dicen solas..."
Nos gusta escuchar que nos quieren, pero más aun, nos gusta experimentar esas palabras por medio de actos que las confirmen, y no me refiero a GRANDES COSAS, me refiero a la suma de pequeños detalles que confirman ese amor.

Probablemente, el tema del amor, es el más tratado en la literatura, las canciones, las películas, las obras de arte... pero también sabemos que las expresiones del amor, no pueden contener el verdadero significado de esta palabra/acción, por mucho que intentemos definir lo que es, ¡siempre nos quedamos cortos!, y no somos capaces de expresar en su plenitud el contenido del AMOR.

Lo más cercano a expresar lo que es el amor, lo leemos en 1ª corintios 13: 4-8

"El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.

El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.

No es orgulloso.

No es grosero ni egoísta.

No se enoja por cualquier cosa.

No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.
Sólo el amor vive para siempre..."


Muy pocas veces cuando pensamos en AMOR, le añadimos eso de "soportar", (es poco romántico, además de muy agotador...), pero es que el amor, si no contiene una dosis elevada de SACRIFICIO, (aunque esa palabra tampoco la "mezclamos" a menudo con amor...), me temo que no es amor...

Tampoco es amor, cuando entra el egoísmo en escena (queremos ser amados, sobre todas las cosas y circunstancias...), cuando no estamos dispuestos a perdonar mil veces, y cuando no ponemos en primer lugar al otro, -antes-, que a nosotros mismos.

¡Difícil! llegar a mantener durante mucho tiempo esta “generosidad” a la hora de amar, ya que siempre nuestras expectativas a la hora de que nos amen, quedan sin cubrirse, porque esperamos siempre más de lo que recibimos, (o creemos que merecemos...), por eso, tenemos que recurrir de nuevo al Espíritu Santo, único capaz de hacernos amar con el amor del Señor, y no con el amor de los seres humanos, que se cansa, es egoísta, y poco constante.

Miramos al cielo, esperando que el amor de Dios nos inunde y seamos capaces de compartirlo.

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