¿Hacia dónde?

Hay ciertos momentos en nuestra vida que perdemos "el norte"... Existe un antes y un después, tras pasar por experiencias como la pérdida de un cónyuge, un hijo, el trabajo, una grave enfermedad...

Normalmente, tras un "shock" en nuestra vida, buscamos ayuda psicológica, empezamos a usar fármacos que nos tranquilicen y nos permitan dormir, llenamos nuestro día de actividades para poder seguir viviendo...


"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;

Sobre ti fijaré mis ojos."
Salmos 32.8
Como cristianos, debemos, buscar descanso y dirección en las PROMESAS de Dios; puede, que ahí encontremos la calma y las directrices que nos indiquen el camino "al norte perdido..."

Entender, saber qué camino nos conviene, tomar decisiones y sobre todo "las más importantes", es una gran responsabilidad y desde luego, no nos gusta equivocarnos, porque eso significa, sufrir más... pero Dios, puede intervenir en esto, (si le dejamos...),  Él, nos promete, señalarnos el camino, guiarnos por la senda que más nos conviene, y nosotros debemos limitarnos a dejarnos guiar.

Pero ¿cómo saber qué camino elegir? La voz de Dios no es algo audible, no nos envía un mapa señalando una ruta... ¿entonces? Apoyándonos en Su Palabra, Sus Leyes y Estatutos, podemos basar nuestras decisiones y entonces, al tomarlas, tendremos paz en nuestro corazón.

Si vivimos cada día, conforme a sus preceptos, él no nos perderá de vista... y con esa seguridad, caminaremos con seguridad y podremos mirar al cielo y al futuro llenos de confianza y esperanza. 






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